Insisten en traer a su exótica mascota al trabajo. Cada día. Sin correa.

Convirtieron su cubículo en un salón de manicura y el negocio está en auge.

Su “pausa para almorzar” diaria se ha convertido en una siesta de cinco horas.

Despedir a estos empleados (afortunadamente ficticios) sería muy fácil. Pero en el mundo real, decidir despedir a un empleado rara vez es tan sencillo. Por lo general, los gerentes se ven obligados a tomar decisiones difíciles, creyendo que el entrenamiento y la rehabilitación podrían ayudar a un empleado problemático. El miedo a las demandas y la preocupación genuina por el bienestar del empleado hacen que sea aún más difícil desconectar el proverbial enchufe.

Cuando se trata de tomar una decisión de despido, cada situación e individuo es único. Aún así, ver una o más de estas señales en un empleado hará que su decisión de despedirlo sea mucho más fácil.

El coaching y la formación no han ayudado

Pensaba que los problemas de desempeño de sus empleados podrían atribuirse a una falta de habilidades laborales, pero trabajar con ellos para mejorar sus habilidades no ha ayudado en absoluto. De hecho, ha empeorado las cosas. En lugar de mejorar su rendimiento y actitud, el entrenamiento que les has proporcionado sólo los ha vuelto hoscos y a la defensiva.

Su comportamiento ha ido de mal en peor

Cuando confrontó a su empleado por su comportamiento laboral inaceptable (por ejemplo, llegar tarde, conducta inapropiada, ausentismo excesivo), esperaba que reaccionara solucionando el problema y esforzándose más en el trabajo. En cambio, su solicitud de cambio fue recibida con desinterés. Y su mal comportamiento no sólo ha continuado, sino que ha empeorado.

Están derribando a todo el equipo

En el pasado, ha podido contener el daño que ha creado su empleado. Pero últimamente, su mal comportamiento y actitud han producido un efecto dominó desagradable, impactando negativamente a todos los que tienen que tratar con ellos. En lugar de tener un empleado problemático entre manos, ahora tiene un montón de compañeros de trabajo molestos. Y, francamente, no se les puede culpar.

No pueden soportar el cambio

El cambio es inevitable, especialmente en una empresa exitosa y de ritmo rápido. Pero en lugar de aceptar ese cambio y hacer los ajustes necesarios, su empleado, que de otro modo sería muy trabajador, lo ha criticado. Su obstinación ha erosionado por completo su desempeño, lo que sólo ha hecho que se aferren más y se queden más atrás.

¿Odias despedir gente?

Navegar por las aguas del empleo puede ser complicado y se vuelve aún más difícil cuando el flujo de trabajo es impredecible o su empresa está abordando un proyecto crítico que requiere experiencia específica a corto plazo. ¿Cómo puede evitar el riesgo de una demanda relacionada con un despido y al mismo tiempo encontrar a las personas que necesita para realizar su trabajo?

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